Me desperté con la terrible sensación de angustia, con una lágrima en la parte que no había apoyado en la almohada y un nudo en la garganta. Seguidamente me puse a llorar desconsoladamente.
Había soñado que me despertaban de donde estaba, con dulces besos, con ese olor tan característico; pero no podía verlo, sólo sentirlo, y eso, es realmente frustrante. Pero en mi interior sabía perfectamente quién era, quien me hacia temblar aunque no hiciera frío, y estuviéramos a 36 grados…él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario